En el siglo I d.C., nuestra famosa arcilla fue mencionada nuevamente como la tierra de Lemnos, por Plinio el Viejo (23 al 79 d.C.), naturalista y escritor romano, en su famosa enciclopedia “Historia Natural”. Luego, tras numerosas apariciones en tratados de medicina y farmacología, entre los siglos X y XIII, son grandes naturópatas alemanes que participó, mucho después, en un verdadero renacimiento de arcilla ¡Con fines medicinales! En el siglo XIX, Sébastien Kneipp (1821 a 1897), un sacerdote alemán, se hizo conocido gracias a sus terapias naturales. Entre ellos, encontramos cataplasmas a base de arcilla y vinagre... Hoy en día, el método Kneipp, centrado en 5 pilares principales que son la hidroterapia, la fitoterapia, la actividad física, una alimentación saludable y la recuperación del equilibrio, es muy utilizado en establecimientos de bienestar y salud. Otros naturópatas alemanes como Louis Kuhne (1835 a 1901) o incluso el pastor Emanuel Felke (1856 a 1926), han perpetuado, a lo largo de los años, el uso de remedios naturales como las arcillas. Además, otro alemán, Julius Strumpf, médico berlinés (en este nivel están definitivamente por delante de nosotros), logró utilizar arcilla blanca para tratar una forma de cólera asiático.
Tantos usos realizados a lo largo del tiempo atestiguan una eficacia innegable...
Más cerca de nosotros, durante las guerras del siglo anterior, siguieron usos diversos y variados... Para luchar contra otra enfermedad infecciosa que afecta al sistema digestivo como la disentería o para ayudar a nuestros amigos animales a curar sus heridas: ¡los baños de barro que conocen y practican instintivamente! Definitivamente la arcilla ha tenido, tiene y tendrá muchos usos en el hombre pero también en los animales... ¿Y cómo hablar de arcilla sin hablar de Raymond Dextreit (1908 a 2001), naturópata pionero del siglo pasado en el uso y promoción de la arcilla a través de numerosas obras publicadas en los años cincuenta? Su compromiso general con diversos temas de salud le valió incluso el honor de recibir en 1989 el Premio de la Paz de medicinas naturales de la Academia Diplomática de la Paz de Bruselas. Según él, “todas las posibilidades de curación, prevención y mantenimiento de la salud se encuentran en la naturaleza”. y la Compañía coinciden en que la Naturaleza está llena de tesoros...
Y finalmente, ¿Sabías que Gandhi (1869 a 1948), el gran guía espiritual de la India, era un partidario y entusiasta de las llamadas medicinas naturales? ¡Y entre ellos el barro tenía su lugar!