Conocida por sus propiedades antisépticas, cicatrizantes y antiinflamatorias, la miel se utiliza para tratar heridas, quemaduras, inflamaciones respiratorias y muchas otras. Sin duda el producto más conocido de la colmena, la miel se utiliza tanto por su sabor como por sus beneficios para la salud. Se utiliza desde el principio de los tiempos, y era un verdadero néctar de los dioses que los faraones utilizaban en las bodas (¡de ahí la famosa “luna de miel”!). Según la mitología egipcia, las abejas son las lágrimas de Ra, el dios del sol, y la miel es, por tanto, un producto divino utilizado en muchos medicamentos, ¡y no simplemente como excipiente! Por ejemplo, podemos señalar que durante la Primera Guerra Mundial la miel se utilizaba en las trincheras para tratar las heridas de los soldados con el fin de acelerar su curación. Como dijo Víctor Hugo “La vida es una flor, el amor es su miel”. Y esta máxima muestra claramente hasta qué punto la miel es un alimento con múltiples virtudes, ya sea para la salud, la cosmética o la alimentación.

Este artículo fue actualizado el 04/12/2023

Propiedades terapéuticas de la miel.

Propiedades principales

Propiedades antiinfecciosas y antibióticas:
La miel es conocida desde la Antigüedad por sus propiedades antiinfecciosas: la miel previene la proliferación bacteriana, viral o fúngica gracias a una enzima, la glucosa oxidasa, que produce peróxido de hidrógeno (como el peróxido de hidrógeno), que es un antiséptico natural. Además, tiene una baja concentración de proteínas que impide el crecimiento de bacterias. Finalmente, su acidez dificulta la multiplicación de bacterias, complementando su acción antibacteriana. Puede utilizarse con este fin tanto sobre la piel como por ingestión para el ámbito respiratorio o digestivo.

Propiedades curativas:
Utilizada a menudo como antiséptico para tratar heridas, la miel también tiene propiedades curativas que justifican nuevamente su uso en la piel. Luego previene el desarrollo de bacterias y regenera el tejido de la piel para una buena cicatrización. Esta acción se debe a su alta osmolaridad, lo que hace que la miel atraiga agua, drenando la linfa y el plasma hacia el exterior, lo que elimina los restos y limpia la herida. La miel es, por tanto, un antiséptico y antibacteriano muy reconocido, que ayuda a la cicatrización de heridas.

Propiedades antioxidantes:
Gracias a la presencia de numerosos flavonoides, la miel tiene un importante poder antioxidante, porque neutralizan los radicales libres, teniendo así un efecto beneficioso en la prevención de determinados cánceres o determinadas enfermedades cardiovasculares. También podemos señalar aquí que la miel “oscura”, más rica en flavonoides y fructosa, sería más eficaz por estas propiedades terapéuticas.

Propiedades energéticas y tonificantes:
La miel es un tónico general para el organismo que fortalece notablemente el sistema inmunológico. Por tanto, permite resistir mejor a las infecciones microbianas y constituye un aliado de elección cuando se siente cansado y mareado. Además, como está llena de azúcar, la miel es una gran fuente de energía que puede darte un impulso cuando lo necesitas. Pero ten cuidado si eres diabético o cuidas tu figura, porque la miel tiene un poder edulcorante mayor que el azúcar y es muy rica en calorías. Asimismo, tiene un importante poder cariogénico, ¡y todos estos carbohidratos no necesariamente van bien con los dientes!

Propiedades sedantes y calmantes:
La miel permite la liberación de serotonina, un neurotransmisor que favorecerá el sueño. Entonces, en lugar de agregar un trozo de azúcar a tu té de hierbas de la noche, ¡diluye una cucharada de miel para pasar una noche buena, tranquila y pacífica!

Propiedades respiratorias:
Contra la tos o el dolor de garganta, la miel aportará un efecto calmante inmediato y duradero. Gracias a sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias, es eficaz para calmar los síntomas del resfriado y calmar el sistema respiratorio. Calmará las irritaciones respiratorias y reducirá la adhesión de las bacterias a la pared respiratoria, evitando así su proliferación.

Otros usos

Propiedades digestivas:
La miel actúa directamente sobre la esfera digestiva, y es eficaz en el tratamiento de infecciones del estómago e intestino, reduciendo la inflamación o las úlceras gástricas, así como el estreñimiento temporal. Gracias a sus enzimas “diastasis”, ayuda a la digestión y estimula el estómago. Por último, tiene un ligero poder laxante (variable según la miel) y limita la fermentación intestinal.

Propiedades protectoras cardiovasculares:
Gracias a las vitaminas del grupo B, que son antioxidantes, la miel limitará la aterosclerosis, teniendo una acción beneficiosa sobre el corazón y los vasos sanguíneos.

Apoyo a la ingesta de aceites esenciales:
Esto es algo en lo que no necesariamente pensamos en un principio, pero que puede resultar muy útil: y sí, la miel es una muy buena solución para diluir los aceites esenciales y servir de apoyo para su ingestión. Además, si las mezclas se realizan en grandes cantidades para un uso prolongado, en este caso podemos hablar de aromiels, que son por tanto asociaciones entre miel y aceite(s) esencial(es) (en cantidades inferiores al 1%).

Propiedades gustativas:
Si la miel es tan famosa es sobre todo por su uso en la cocina. Ya sea para acompañar la comida, en salsa o sobre una tostada, este suculento producto dulce no se queda atrás y, debemos admitirlo, ¡sería un error privarnos de él!

Propiedades cosméticas :
Utilizada desde la Antigüedad en tratamientos de belleza, la miel tiene un pH cercano al de la piel (4 a 6), y su rica composición la convierte en un muy buen agente hidratante, emoliente, suavizante y tonificante. Nutre las células, favorece su renovación y ayuda a mantener la juventud de la piel.

Precauciones de uso

Al ser la miel un buen apoyo para Clostridium botulinum, la bacteria responsable del botulismo (enfermedad que afecta al sistema nervioso), es absolutamente no recomendado para niños menores de 1 año. De hecho, esta bacteria que se encuentra en el polvo y el suelo puede ser transportada por las abejas y se puede encontrar en la miel. Sin embargo, antes del año de edad, el bebé tiene un sistema inmunológico que aún no está preparado para defenderse contra este microorganismo, y si consume miel infectada, pueden desarrollarse esporas en su intestino y desencadenar el botulismo infantil.

Las especificidades de cada tipo de miel.

Dependiendo de las plantas forrajeras, y por tanto dependiendo del entorno ambiental donde se encuentren las abejas, existen diferentes tipos de miel cuya composición es diferente y por tanto cuyas propiedades serán diferentes; Aquí hay unos ejemplos:

  • Miel de acacia : es una de las mieles más conocidas, es clara, casi transparente y con un reflejo dorado. Se considera un regulador intestinal recomendado para niños pequeños. De agradable sabor y olor dulce, se utiliza especialmente en la cocina, para endulzar gracias a su alto contenido en fructosa.
  • Miel de Castaño: Muy utilizada pero a menudo dentro de la “miel de bosque”, que por tanto proviene de varios árboles, es un muy buen agente curativo, rico en oligoelementos e incluso tiene un efecto beneficioso sobre la circulación sanguínea.
  • Miel de colza: Esta miel semisólida de color amarillo pálido cristaliza rápidamente (aproximadamente un mes después de la cosecha). Es calmante y reequilibrante nervioso, y se recomienda en casos de acidez de estómago.
  • Miel de lavanda: Y sí, ¡la lavanda que aporta tantos aceites esenciales también permite obtener miel! Antiséptico y antiinflamatorio, se utiliza para el tratamiento de infecciones respiratorias, para tratar picaduras de insectos y para curar heridas infectadas o quemaduras. También es muy relajante, favorece el sueño y alivia la irritabilidad.
  • Miel de diente de león: Esta miel de color amarillo brillante y sabor suave gusta especialmente a los niños a los que les gusta untarla. Se considera que tiene propiedades diuréticas y calma el hígado.
  • Miel de abeto: Por lo general, también forma parte de la famosa “miel de bosque”, pero también de la “miel de montaña”. Es rico en oligoelementos y tiene propiedades antisépticas, antianémicas y diuréticas, recomendándose en el tratamiento del asma o del resfriado.
  • Miel de trigo sarraceno: Por su nombre, crees que proviene de Bretaña y ¡tienes razón! Puede utilizarse para luchar contra la desmineralización y las enfermedades óseas. Por tanto, se recomienda para niños en crecimiento y convalecientes, ¡pero cuidado con su sabor muy fuerte!
  • Miel de tomillo : Es un antiséptico general recomendado en patologías infecciosas, ya sean respiratorias o digestivas. También tiene un efecto tonificante muy apreciable en caso de resfriado o gripe.
  • Miel de tilo : Esta miel de color claro, de sabor muy suave y aroma delicado, es calmante y favorece el sueño. Se utiliza agradablemente para endulzar la infusión por la noche.

Pero eso no es todo ! Mieles de Espino, Espino Amarillo, Brezo, Roble, Eucalipto, Frambuesa, Naranja, Romero, Girasol o incluso Trébol, casi podríamos decir que hay tantas mieles como flores, lo que daría… ¡un montón de mieles diferentes! Entonces, la lista anterior no es exhaustiva y hay algunas mieles particularmente poderosas, como la miel de Manuka, ¡que vamos a ampliar ahora!

Centrarse en la miel de Manuka

Manuka Honey, ¿la estrella de las mieles? Según algunas investigaciones, ¡este último es el Rolls-Royce de las mieles!

De color amarillo ámbar a naranja, esta miel proviene deárbol de manuka (primo del árbol del té, una planta importante en la farmacopea maorí) que se encuentra exclusivamente en Nueva Zelanda y Australia. La Miel de Manuka sería una miel muy superior a otras debido a su alto contenido en metilglioxal, en el origen del índice UMF (Unique Manuka Factor): ¡cuanto más alto es, más activa es la miel! Y como a los franceses les gusta hacer lo que quieren, este índice equivale aLPN en nuestra casa. Este índice representa, por tanto, el poder de la miel: por debajo de 10+, se utilizará únicamente por sus cualidades nutricionales, entre 10+ y 16+ será ideal para apoyar tu cuerpo, darle un impulso y cuidar tu salud de forma diariamente, y necesita una LPN de al menos 18+ para poder beneficiarse al máximo de todos sus beneficios terapéuticos.

Es un poderoso antibacteriano, muy cicatrización, lo que refuerza lainmunidad y advierte infecciones respiratorias. Es muy eficaz contra la tos y los problemas respiratorios, y tiene acción sobre el acné/eczema. Finalmente, facilita un sueño profundo y reparador.

Los estudios han demostrado que la miel de Manuka tiene una acción bactericida superior a ciertos antibióticos, ¡y que incluso es eficaz contra el terrible Staphylococcus aureus! Eficaz contra las diversas bacterias implicadas en la sinusitis, los resfriados y otras infecciones respiratorias, los estudios también han demostrado que actúa más rápido y más fuerte que otras mieles. Además, tiene una extraordinaria acción sobre heridas, cicatrices, quemaduras, micosis, úlceras de estómago (especialmente las debidas a Helicobacter pylori), así como aftas, sinusitis y dolores de garganta. Y por si fuera poco, ¡estimulará el sistema inmunológico!

El metilglioxal contenido en la miel de Manuka evita que las bacterias se adhieran a los tejidos dañados y constituye un antimicrobiano hidratante muy favorable a la cicatrización. En este contexto, puedes utilizarlo sobre una herida limpia antes de aplicar un apósito. Además, es preferible utilizar miel con una UMF (o IAA) de 18+ o 20+ para poder beneficiarnos de su máxima potencia.

Entonces, aunque es más cara que otras mieles, ¡la miel de Manuka es una miel increíble con propiedades excepcionales! Puedes utilizarlo de diferentes formas para beneficiarte de sus fantásticas virtudes: aplicado sobre la piel, ingerido tal cual, o incluso como pastilla para la garganta o spray a base de miel.

¡la miel de manuka es un verdadero éxito!

¿cómo se elabora la miel y de qué está hecha?

Hacer miel

La miel proviene de procesamiento de néctar (sustancia dulce secretada por las glándulas de determinadas flores, las flores de la miel) que las abejas recogen y luego almacenan en su buche (una especie de bolsillo) para llevarlas de vuelta a la colmena. Además, la miel puede provenir de la melaza de los pulgones, compuesta de excrementos de varios insectos (menos glamorosos) y recolectados de la misma manera. Durante esta fase de transición entre la flor y la colmena, las enzimas de las secreciones salivales de las abejas actuarán y transformarán este néctar. Una vez llegada a la colmena, la abeja recolectora cede su cosecha a una abeja obrera que la absorbe y la regurgita antes de pasarla a otra obrera, y así hasta que estos pequeños insectos consideran que el néctar transformado les conviene. ¡Real trabajo en equipo y calidad! Para información y para ganar partidas salvajes de Trivial Pursuit o Scrabble, esta etapa de transformaciones sucesivas se llama trofalaxis, literalmente “intercambio de alimentos”. En esta etapa, el néctar corresponde entonces a miel, y las abejas lo almacenan dentro de las celdas de la colmena, secándolo con el aleteo. Luego cierran las celdas con cera para mantenerla en buenas condiciones de conservación: y sí, como la miel constituye su principal fuente de alimento, ¡debe estar bien conservada y ser de una calidad excepcional!

¡aquí es donde entra en juego el apicultor! después de haber ahumado la colmena para mantener alejadas a las abejas, retira los marcos que llevan las celdas, luego se extrae la miel y se almacena a temperatura ambiente en frascos bien cerrados. en promedio, la producción anual de una colmena de unas 30.000 abejas es de 20 a 30 kg de miel. para que os hagáis una idea, 1 kg de miel producido representa el trabajo que realiza una abeja recolectora durante 200 días, recorriendo 40.000 km y recolectando 800.000 flores!!!

Composición de la miel

Su composición varía dependiendo de la(s) flor(es) recolectada(s), de ahí los diferentes nombres (flor, montaña, miel de bosque, etc.). Así, existen dos tipos de miel: mieles uniflorales, proveniente de una sola especie de flor (o al menos de la cual esta especie es predominante), y el mieles “toda flor”, que vienen, te lo digo por miles, ¡de varias flores!

En términos generales, la miel se compone de:
  • Azúcares (75-80%) con principalmente glucosa y fructosa
  • Agua (15-20%)
  • Nutrientes varios (minerales, enzimas, vitamina B, proteínas, aminoácidos, etc.). Además, son estos nutrientes, aunque en pequeñas cantidades, los que juegan un papel importante y son los responsables de gran parte de sus efectos positivos para la salud.

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Bibliografía

Obra: Cherbuliez, T., Domerego, R. (2003). Apiterapia - Medicina para las abejas. Ediciones Amyris.

Obra: Abril, G. (2014). Salud natural con apiterapia: Miel, propóleo, polen, jalea real... Éditions Terre vivant.

Obra: Domerego, R., Imbert, G. y Blanchard, C. (2016). Guía práctica de la medicina de las abejas: miel, polen, propóleo, jalea real... en el día a día. Ediciones Baroch.

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